julio 12, 2011

Letras Rojas: "Como un niño"

"Así que, cualquiera que se humille como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos" 
Mt. 18:4

Hay algunos aspectos de la infancia que serían totalmente inapropiados en cualquier adulto, mucho más en un creyente. De hecho la carnalidad y la inmadurez (estado infantil) espiritualmente están relacionadas y pueden impedir que crezcamos en el conocimiento de la Palabra de Dios (1 Cor. 3:1). Pero hay algunas características de la niñez que no sólo son positivas, sino necesarias para una buena salud espiritual. Hoy me enfocaré especialmente en una: crecimiento.

¿EL MÁS CHICO ES EL MÁS GRANDE?
Hoy llevé a mi bebé al pediatra. A mi esposa y a mí nos sorprendió lo mucho que ha crecido: en 4 meses creció ¡11 centímetros!. ¿La razón?, es una bebé y sólo "sabe" que necesita comer. En la Escritura se nos exhorta a adoptar la actitud de un bebé recién nacido para poder crecer.

"Desead como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, 
para que por ella crezcáis para salvación"
1 Pedro 2:2

Hay una relación entre la actitud de un bebé por el alimento y el crecimiento. Así también, hay una relación entre nuestra actitud ante la Palabra de Dios y su eficacia. Si mi actitud ante ella es la de un bebé, la Palabra será mucho más eficaz en hacerme crecer para salvación.

Desafortunadamente, llega un momento en que nuestra relación con la Palabra de Dios se vuelve fría, mecánica y escolar. ¿A qué se debe esto? A que perdemos la actitud que se nos demanda en 1 Pedro 2:2. 

ACTITUD, HUMILDAD Y CRECIMIENTO
Está bien crecer en entendimiento, ciencia y doctrina, pero no debemos dejar atrás la actitud de hambre, placer y descanso con que nos alimentábamos cuando éramos "recién nacidos" espirituales. Después de todo, la mayoría de nosotros podríamos coincidir en que, crecimos más en el Señor cuando éramos bebés espirituales, cuando ir a la Palabra era descansar en los brazos de nuestro Salvador, cuando no entendíamos poco pero creíamos mucho. Recuerda, estoy hablando de recobrar la actitud de bebés recién nacidos, no su comportamiento.

Seamos humildes, reconozcamos que nos falta aún mucho por descubrir en la Palabra, reconozcamos que la Palabra es más grande que nosotros y siempre suficiente para darnos el alimento necesario. Toma unos minutos y pídele al Señor que te regale una actitud de niño por su Palabra, que te sorprenda y te deleite de nuevo con versos que ya conoces o con porciones de la Biblia que te son  menos familiares. Recuerda que, de los que son como niños es el Reino de los Cielos.

Lenin Gutiérrez
Twitter: @lenux_reloaded